Tuve una cita con una chica que era increíblemente hermosa.
Rubia, de ojos claros, pelo lacio a mitad de la espalda, de cuerpo atlético, pechugona y se vestía de forma femenina y refinada.
Cuestión que fuimos a un pub.
Veía como todos miraban de reojo a mi cita, no era para menos, y me los imaginaba pensando: “Que hace una chica así con un tipo como este”.
Estaba convencido que la chica quería irse ¿sabes?
Algo así como “No es como en las fotos, quiero irme a casa”.
Evidentemente aún estaba superando los complejos que me produjo Tinder cuando no me funcionó.
Ya estaba ahí, para que sufrir. Perdido por perdido al menos podía disfrutar la salida ¿sabes?
Así que me saqué toda la presión de intentar gustar, la incomodidad de lidiar con lasmiradas y simplemente me divertí.
Un par de horas después, cuando nos fuimos, me pidió la acompañara al coche.
Era muy tarde y no había casi nadie en la calle salvo una pareja.
De camino al coche siento CLAPPP un golpe seco y fuerte, me hizo sobresaltar. Era la pareja que nos cruzamos.
La muchacha le había dado un sopapo al novio. Luego gritó:
“¿QUE HACES MIRANDO ASÍ A OTRA MINA CUANDO ESTAS CONMIGO?”.
Mi cita me mira y dice en voz baja “Odio cuando pasa eso”… se ve que era algo usual en su vida.
Llegamos a su coche y me invitó a subir: “Es mi único día libre y lo quiero disfrutar ¿damos unas vueltas?”.
Terminamos teniendo sexo dentro de su coche durante dos horas fuera de la ciudad.
Lo más interesante de esta historia es que unas semanas antes tenía entre 7 y 12 matches a la semana con chicas que no me gustaban ni me respondían.
Y antes de eso estuve meses sin hacer si quiera un match.
Pero ahora tenía decenas de matches a la semana con chicas que mostraban muchísimo interés en conocerme.
Y algunas eran hermosas.
Así de fuerte son los principios psicológicos de la atracción:
LigaOnline: La fórmula para conquistar por Tinder
Lea
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